Este sitio es un proyecto escolar; una serie de materiales periodísticos sobre la Delegación Cuauhtémoc. Espero que te guste. Cualquier comentario es bien recibido.

viernes, septiembre 08, 2006

Leyendas urbanas de la Cuauhtémoc

* En la Delegación Cuauhtémoc sólo hay dos cantinas.

El Gobierno del Distrito Federal ha tenido a bien llamarle a la Delegación Cuauhtémoc el "altepetl iyolo" (corazón de la ciudad). Y con ello no se trata de mera poesía.

Es una de las delegaciones más pobladas de centros de esparcimiento; violencia y delincuencia organizada; peatones, automóviles y dinero.

Con 8’670’809 de personas que en diciembre de 2004 habitaban la Ciudad de México según el INEGI, son, de acuerdo con la administración delegacional, 5 millones de individuos los que conforman la población flotante de la Cuauhtémoc.

De los 3’657’630 de vehículos que el Distrito Federal tiene registrados en circulación, 800 mil vehículos, esto es el 21.87 por ciento del total, circulan por esa delegación.

En su perímetro existen 34 colonias, entre ellas las Centro (Centro Histórico), Juárez (donde se encuentra la turística Zona Rosa), Hipódromo Condesa y la Roma.

Con una densidad poblacional sólo superada por Iztacalco (159 habitantes por hectárea, según el sitio en internet del Gobierno del DF, y presumiendo de ser la séptima economía del país (con una aportación de 4.6% del PIB, según el sitio en internet de la delegación), la Cuauhtémoc cuenta con cientos de establecimientos de esparcimiento entre restaurante, cafeterías, centros nocturnos, bares, legendarias cantinas y aquellos registrados como “restaurantes bar”.

De los 2’118 establecimientos que sirven alimentos preparados y bebidas alcohólicas en la Ciudad de México, sin ser fondas, tienditas de la esquina o puestos callejeros, más de la mitad (1’146 exactamente) se encuentran en la Delegación Cuauhtémoc.

Pero si usted va y cuenta que ha visitado recientemente una cantina ubicada en la Delegación Cuauhtémoc, hay un 99 por ciento de probabilidad de que, según las autoridades del Distrito Federal, esté mintiendo.

Sin haber logrado que Gerardo Zapata, director de Comunicación Social del Gobierno del Distrito Federal, nos atendiera por teléfono para proporcionarnos el dato correspondiente al año 2005, sabemos que la Secretaría de Turismo del Gobierno del DF reportó al INEGI dos cantinas existentes en su territorio hasta diciembre del 2004.

Es oficial: hay dos cantinas en las enmarcaciones de la Delegación Cuauhtémoc. Habría que saber cuáles son esas, y sobre todo, ¿qué son esos lugares sin comida pero con mucho alcohol donde va usted a beber por las noches en el Centro Histórico o en la Colonia Condesa? Digo, si no son cantinas.

En el siguiente cuadro se observa cómo están registrados los establecimientos que venden alimentos y bebidas dentro de la delegación. De un total de 1’146 contabilizados por la administración, se apuntan los porcentajes que cada giro tiene.



Según la tabla anterior, de cada 100 “cantinas” a las que usted ha ido o cree poder ir en esa delegación, más de 99 son otra cosa.

La particularidad de los restaurantes y cafeterías es que, en caso de tener permiso para comerciar bebidas alcohólicas, legalmente no se puede –o no se debe- venderlas sin previo consumo de alimentos. En esa delegación hay 1’002 restaurantes y 39 cafeterías.

Descontando este tipo de lugares, nos quedan 105 establecimientos dentro de la Delegación Cuauhtémoc donde sí podemos irnos a tomar un trago sin probar bocado entre restaurantes-bar, bares, cantinas, discotecas y salones de baile. Sí. Sólo 105.

Su distribución queda como a continuación se presenta:



La diferencia entre un restaurante bar y una cantina o cualquier otro establecimiento donde se puede vender alcohol sin alimentos es que en los restaurantes-bar debe haber oferta, supuestamente, de alimentos preparados.

En octubre del año 2000, días después de que se incendiara el centro nocturno Lobohombo, causando la muerte de 22 personas, el entonces diputado local por el Partido Verde Ecologista de México, José Antonio Arévalo González, sostuvo durante el primer periodo de sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que de un “aproximado de 820 multas impuestas a giros negros, al menos cada una por un monto de 300 salarios mínimos, sólo 10% han sido cubiertas” en ese año.

Sin embargo, en México no existe una definición jurídica para el “giro negro”, y por lo tanto no está tipificado como delito sino que los casos particulares se tratan como asuntos de “documentación apócrifa”.

Buscando en la Delegación Cuauhtémoc esas dos cantinas que sí sean cantinas, encontramos dos casos tipo –-de las que no son--: la “cantina” del Centro y la “cantina” de la Condesa.
En el Centro está “El Dos Naciones”: recinto mítico que canta, huele, sabe y suena como cantina, cuan viejo y frecuentado por señores es. Sin embargo, su licencia de funcionamiento dice “restaurante-bar”.

En el corazón de la Condesa está, discretísima en plena acción, y humilde junto a un Seven Eleven al lado del Soho, una ‘cantina’ con sus azulejos azul-verdosos, sus baños mal-limpiados y su señor que por 10 pesos canta una canción acompañado de su guitarra. Y para todos aquellos que alguna vez decidieron comenzar o terminar ahí esas noches de la Condesa, se informa que tampoco es una cantina, sino un bar.

La conclusión de este reportaje es que nuestra misión, ciudadanos defeños, es encontrar esas dos cantinas no-espurias en la Delegación Cuauhtémoc. Y hasta que el Gobierno del Distrito Federal o el delegacional se dignen a proporcionarnos las direcciones, la única solución es recorrer “el corazón de la Ciudad” a pie, fijarnos en las licencias que por ley deben estar a la vista, e ir tachando, calle por calle, en nuestra Guía Roji mental, cuáles de esos lugares no eran cantinas, hasta dar con las dos leyendas urbanas de la Cuauhtémoc.